De los colores del arcoíris,
en todos los tiempos sagrados,
dos colores te custodian,
Margarita,
el blanco y un amarillo.
Con uno, te elevo como
metafísica al firmamento
colmada de sabiduría,
nobleza e inocencia.
El amarillo, es parte
de lo simbólico,
del doble lenguaje
que sólo se da
en las flores elegidas.
Eres la representación
del sol de oriente,
que es lo que te adorna.
Eres ley y generación de vida
que te eleva por encima
de lo negro y de lo inerte.
Eres la fuerza de la razón
que te impulsa a dar
a los demás aprendices
el conocimiento que
se te ha dado para esparcirlo
como si fueran flores
con esencia de lo eterno.
Y sólo pido,
Si puedo pedir acaso,
Que los pétalos de esta Margarita
hechos flor y esperanza
sigan viviendo por siempre
en el corazón
del Dios Supremo.
Del Dios de mi Margarita.