Cielo de noche

Ella.

Me encontraba en mi habitación, solo en una noche oscura y ventosa. Las ramas golpeaban contra las ventanas. Decidí ir al baño antes de ir a la cama, pero lo que vi en el espejo cambió mi vida.

 

Al principio, todo parecía tranquilo. La luz parpadeante del techo creaba sombras tenebrosas en las esquinas, y el ambiente estaba cargado de electricidad. Me miré en el espejo y vi mi reflejo, pero algo no estaba bien. En lugar de verme a mí mismo, vi a una hermosa mujer  con ojos fríos  oscuros y penetrantes, con una sonrisa que parecía demasiado perfecta para ser real.

 

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando me di cuenta de que esa persona  no era yo. Sus ojos me miraban con una intensidad que me hacía sentir incómodo, como si pudiera ver a través de mí. Traté de apartar la mirada, pero era como si estuviera hipnotizado por su presencia en el espejo.

 

De repente, la mujer empezó a moverse. Sus labios se curvaron en una sonrisa siniestra mientras extendía una mano hacia mí, como si intentara salir del espejo y entrar en mi mundo. Retrocedí pasmado, pero no podía apartar la vista de ella.

 

Entonces, en un instante, la luz parpadeante se apagó por completo, sumiendo la habitación en la oscuridad total. Grité y me volví hacia la puerta, pero estaba cerrada con llave. Me sentí atrapado, solo con la mujer del espejo.

 

Cuando la luz volvió, la mujer ya no estaba en el espejo. En su lugar, me vi a mí mismo reflejado una vez más. Pero desde ese día, cada vez que me miro al espejo, aún puedo verla, observándome desde el otro lado, esperando el momento adecuado para volver a aparecer. Y cada vez que lo hace, sé que está a un paso más cerca de cruzar al mundo real.