Eres como una ardilla que saltas con agilidad,
de rama en rama, sin temor a la oscuridad.
Tu risa es como el canto de los pájaros al amanecer,
alegre, vibrante, difícil de comprender.
Tus ojos brillan como estrellas en la noche,
iluminando mi vida con su luz y derroche.
Eres juguetona como el viento que sopla sin cesar,
siempre en movimiento, sin tiempo para parar.
Tu corazón late al ritmo de la naturaleza,
fuerte, constante, sin ninguna tristeza.
Eres libre como el vuelo de las aves en el cielo,
sin ataduras, sin ningún anhelo.
Eres como una ardilla que me roba el corazón,
con tu alegría, tu energía, tu pasión.
Gracias por enseñarme a vivir en libertad,
como tú, saltando de árbol en árbol, sin mirar atrás.
“Serl “