jvnavarro

TIRITO DE FRIO

 Ya es de noche y llega el frio.

Se acerca Konstantíno Kaváfis

y no viene de vacío,

trae la sabiduría de los muertos

que siempre vivirán, 

allí cerca, en su Alejandría,

tierra casi mordida por el hambre 

y la soberbia de los faraones egipcios.

 

Tutankamón tiene una historia oscura,

mucho oro 

y muchas mentiras,

su mascara se parece a la de una reina abeja

colmatada de miel y de azúcar.

 

Trae nuestro poeta

un fajo de poemas canónicos 

y con él un mundo extraño

surgido allí donde las nubes 

nos niegan el agua bendita.

 

Lleva en las costuras de su lengua cosidas

guerras por el Peloponeso y urnas funerarias,

piras de maderas perfumadas

 y copas griega etruscas 

con perfumes orientales.

 

Viene nuestro ilustre erudito a este poema,

cansado de clamar 

por un mundo mejor,

para aclarar 

que su poesía es eso que se puede llamar

 un vendaval de sensaciones,

entre imágenes construidas

de forma breve pero muy lúcidas.

 

Es un ir fuerte su influjo.

Un volver extraño a las brasas

 y fuegos de su juventud. 

Él se sabe poeta 

y con eso basta y ya está todo dicho.

 

Si alguien se cree Konstantíno Kaváfis,

 es que no lo ha leídoo es un gran iluso.