En el jardín, las rosas danzan al son de un reloj sin tiempo,
justo donde las sombras juegan al ajedrez con el viento.
Te encontré, sonrisa de luna, susurro de mar de dulce cuento,
y nuestras almas se entrelazaron, en un abrazo sin lamento.
Bajo el cielo de algodón, donde las estrellas tejen versos,
nuestros corazones volaron y explotaron universos.
Con besos que saben a mango y sal, dibujamos destinos inversos,
en esta realidad de papel, donde somos amantes inmersos.
Tú, la quimera de mis sueños, con ojos de esferas celestes,
yo, el viajero de tu mirada, explorando tus gestos agrestes.
Entre la lluvia de pétalos, nuestras manos se encuentran, no protestes,
en este amor surrealista, somos dos cometas en rutas celestes.
Navegamos mares de terciopelo, en una barca de hojas y suspiros,
donde los peces vuelan y las aves nadan, deshaciendo los giros.
Nuestro amor es un cuadro vivo, de colores y delirios,
pintado con el pincel del destino, en lienzos de infinitos bríos.
El tiempo se detiene, para admirar nuestro enlace,
en esta dimensión azul, que pretende que te abrace.
De tu boca escapan mariposas, en un dulce soliloquio, sin disfraz,
nuestro amor es leyenda viva, por eso sé que volverás.