Si te miro mirando mi mirada
y tus ojos los miro muy coquetos;
veo en ellos fulgores indiscretos
que reflejan tu esencia apasionada.
Si tu boca sensual y azucarada
me sonríe con gestos pizpiretos;
imagino los mórbidos secretos
que conserva tu imagen adorada.
Cuando siento tu piel, que tiritando,
mis caricias espera con anhelos;
de tu pecho, que gime suspirando,
tus pasiones veloces alzan vuelo;
el calor de mis besos esperando
y que juntos viajemos hasta el cielo.
Autor: Aníbal Rodríguez.