Tengo dudas por si muero
qué será lo que me lleve
de este mundo hacia el terreno
de lo santo y de lo bello.
Tal vez si salto me despeño
ya de nuevo hasta siempre.
Lo que empezaba siendo un juego
terminó con vuestro desprecio
por palacio persiguiéndome.
Esto es mi almuerzo
si revuelto está mi vientre.
Ya parezco un indigente
de tanto que allá tuerzo
por un tercio sin mi gente.
Vaya qué acontecimiento
milagroso bajo el puente
nos sumerge de repente
en un beso de amapola.
Esa niña a qué anda sola
con su sombra en las farolas
jugando a que la pierde
un momento y se evapora.
Todos somos como ella
tan por dentro que un algo llora
de contento así en la gloria.
Nuestra intención no es poseerla
ni tenerla como novia:
no es buena vida
la de los pobres que se obcecan.
Me reservo los etcs.