Sí, está claro,
no eres Brad Pitt ni la Jolie,
pero eres resultón o resultona.
No eres Schwarzenegger
pero estás sano y aún tienes buenos músculos.
No eres Einstein
pero tampoco eres tonto.
No eres el príncipe valiente,
pero cuando se te nubla el miedo
eres capaz hasta de enfrentarte a dragones.
Tampoco naciste para mártir
pero menos aún para callarte.
Hoy en tu calendario pone que es el día
de cambiar el mundo,
y no valen internet ni gaitas.
Sabes que el quid de la cuestión
solo consiste en atreverte a abrir esa puerta
(con un final sin duda incierto)
... o llamar al jodido telepizza.