De nuevo sientes esa sensación que te hiela la venas...
sientes ese horrible frío... constate y pesado.
Sientes que algo se acerca.
Miras a tu alrededor y solo ves sonrisas, y tu te preguntas: ¿cómo pueden sonreir?
¿acaso soy solo yo la que lo siente? ¿dónde han encontrado cobijo?
Pero sigues sintiendo como algo se va acercando cada vez más.
Buscas... y buscas... y buscas...
pero nadie te presta dónde refugiarte, nadie te calma, nadie te da calor.
Todos los intentos parecen ser en vano.
Miras a tu alrededor con la mirada desesperada, perdida, desolada...
Deseas gritar, gritar alto, muy alto, que todo el mundo te oiga, que oigan tu existencia...
Pero parece que nadie quiere ver tu llanto, ni quiere oir tus gritos, (ahogados en el silencio).
Ya casi te pisa los talones.
Solo deseas encerrarte en tu habitación y llorar, hasta que ya no te queden más lágrimas por derramar.
De repente, escuchas el silencio y sientes tu corazón herido.
Ves a alguien en la oscuridad de tu cuarto. la que nunca te falla. la que te da cobijo.
La que ve y olle lo que lo demas parecen ignorar:
la Soledad.
-¿Qué puedo perder?- te preguntas- Al menos ella me escucha y no me juzga...
Y sin pensarlo dos veces te sientas a su lado y ella te envuelve con un abrazo.
Un abrazo de desamparo y de Soledad.