¿Son acaso las palabras un eslabón perdido,
cuando se trata de prescribir que la mujer representa
lo que por esencia nos define?
Así como si se tratára de universos infinitos que lo
contienen todo
de tal forma que cuando nos miramos en sus ojos,
entre sus galaxias,
descubrimos que nos sentimos vivos
porque asi nos hacen sentir.
por lo tanto, puedo decir lo que un hombre
humildemente agradecido, sin dudar diría:
Yo miro a la mujer como a la vida,
y miro en la mujer tantas virtudes,
porque ustedes son la luz y en dónde habitan,
hay rasgos de mujer porque los veo.
Pues son toda presencia de lo cierto,
y ciertamente cierto, de lo incierto.
Las flores, por ejemplo, son las flores,
y son preciosas todas por ser ellas,
pero se privilegian de evocarnos
con su encanto diverso de colores,
las diversas virtudes femeninas.
Chávarro.C