THE MISERY.
Siempre amé a los mendigos, a quienes nunca les interesó nada más que lo necesario.
A un mendigo lo ves en todas partes, pero más seguido te ves a ti, que eres un miserable.
Dime tú de qué me sirve un televisor para ver lo que otros hacen, cuando lo que yo hago a ellos no les interesa nada.
Dime tú para que quiero tener luz si lo único que puedo ver es la miseria y sobre todo la de aquellos que juntan riquezas que ni siquiera difrutan repartiendo.
Dime tú para quiero comer de más, si hay tantos que tragan por tragar sin darse cuenta del sabor que tienen los alimentos y, lo que es peor, no suelen ver a los que no tienen nada dentro.
Dime tú para qué debo tener una gran casa, si lo más hermoso es ir de camino en camino sin tener techo que nos siga y cobije. La vida hay que disfrutarla.
Siempre amé a los mendigos, a quienes nunca les interesó nada más que lo necesario.
A un mendigo lo ves en todas partes, pero más seguido te ves a ti, que eres un miserable.
Dime tú para qué necesito tantas prendas si en definitiva solo tengo un cuerpo y con en eso basta para enfrentarne al mayor verano y al mayor de los inviernos.
Dime tú para qué quiero más plata, si la gran mayoría tan solo la mal gasta.
Dime tú lo que quieras, pero tú no conoces la miseria, y eres la pieza principal que debiera conocerla.