Como me siento cuando un capricho
de esperanzas me arroja hacia la soledad.
Como me siento…
Me siento viva, alegre, sedienta,
dispuesta a comprender
aquellas notas de lluvia vibrantes
que besan el suelo,
hablándome en varios idiomas.
Observo como aterrizan frescos
sus mensajes, destinados, a vidas tristes,
ensimismadas, renaciendo entre pasos.
Tal vez, unas palabras que regalan
en la fugacidad de sus miradas,
nuevas aspiraciones, y sentimientos
de bondad, o tal vez nada.
Escribo cartas diariamente y a lo lejos
las veo llegar a desconocidas manos,
algunas caen entre sus dedos, otras
despojadas son, de su ofrecimiento.
Sin embargo, en el corazón quedan
las palabras de un amor sincero
que comparte y abraza.
¡Oh sí! En este momento de soledad
aspiro a dedicárselo a mi alma,
repleta de envolturas
con una satisfacción al azar.
Ser hoy mujer, me ofreció gran parte
de mi sensibilidad superpuesta,
pero ante todo, soy humanista
familiar que acoge las aventuras
de los que se atreven a soñar
y las inquietudes de quienes
se apasionan. Aspirar, absorber,
contemplar ¡Qué belleza…
sentir el acompañamiento en
este momento de soledad y el amor
de un histórico pero vivo ideal…
…La Fraternidad!
Cora