Ni ninguno ni ninguna
cierran la boca,
vomitan palabras malditas
una tras otra.
Todo su miedo
lo llevan consigo,
dejándoles en un medio
en el que no están muertos,
ni vivos.
Es en ese momento
en el que yo me desentiendo
y voy echando freno
a sus malignos pensamientos
No importa lo que escapa por tu boca,
lo que más valoro es mi libertad
y tu conducta no se puede tolerar
poe eso, déjame en paz
y con la música a otra parte, cobarde.
Las palabras surgidas de tu estupidez
te llevan a la condena.
Juzga y serás juzgado.
dice el Santo Retablo
Vive y deja vivir
es el lema que se debería seguir.
Déjame estar en paz
con mi propia voluntad
y no manejes más los hilos
que cortándolos encontrarás
un sentido producido
por tu propio destino.
Criticando sin cesar
produciéndote malestar general,
ellos son así, no lo pueden remediar.
Están criticando
y lo saben,
pero ellos sí que ya han sido juzgados
y no por mí sino entre ellos mismos.
Ya ves, siguen criticando
pero yo tranquilo,
si lo supieran ellos dejarían de estarlo
y, a fin de cuentas,
me siento vivo,
no como ellos,
viles perros causantes
de chismorreos sin sentido.