GDA

LA CONSUMACIÓN DE UNA INDIVISIBILIDAD

Florestas de esperanzas proliferan
en el páramo de mis pensamientos,
aplacándose por el torbellino de aprobaciones,
los impulsos de eternidad en mí imperan,
mi ser, -misticismo en trilogía de: alma, mente
y corazón-, se alimenta de trocitos
que se desprenden de otras almas… el brillo
del sosiego se vislumbra junto a las alhajas
sobre los montes sin término y de finura;
atosigo al alma de compatibilidad con mi alma
y sus reconvenciones son mi plusvalía;
sin merecer, me circunscribo de colores,
gama de tintes con que se pintan mundos;
amo el onirismo de los afanes que me compelen
a mantener la pira de mi centro con su incendio,
y en mi avidez de lo eterno, a veces hay dolores
por las frustraciones que proyecta la acometida
-con la que así intentan vencer la guerra-;
he perdido ya en la conflagración mil veces,
mas en mi senda aprendí a soslayar las vallas,
y con sigilo me encamino en esta tierra,
siempre acompañado de la fidelidad
de quien conmigo avanza hacia lo imperecedero,
forjando una hegemonía en la unión
de dos almas en su predestinación, en dirección
a la consumación de una indivisibilidad.