Esto de descubrirte ha sido simplemente,
el goce inconfundible de alimentar el alma.
Uno se siente vivo de sentirte presente,
y uno aprende y aprende que la vida es hermosa,
que vivir es grandioso y más cuando florece,
un no se qué entre el pecho que lo ha sembrado un alma,
que riega semillitas de un amor singular.
Uno mira al entorno y todo se compone
de tintes, de figuras, de texturas y así...
uno entonces comprende que conoce el lenguaje,
de entender en silencio la magia de vivir.
El oriente es entonces la sonrisa del día,
el ocaso, la prenda que engalana el poniente,
la noche, nuestra noche que nos baña de sombras,
que nos viste los cuerpos con su traje de estrellas
y nos desnuda el alma con su encanto lunar.
Chávarro.C