Tú eres el susurro del viento en la noche,
el eco de los sueños que danzan en la mente,
el destello de luz en la oscuridad del horizonte,
la fuerza que impulsa al corazón a latir ferviente.
Tú no eres el miedo que paraliza el alma,
ni la sombra que oscurece la verdad,
no eres el eco de voces que causan calma,
sino la voz que clama por la libertad.
Eres el verso que danza en la poesía del universo,
la melodía que encanta al amanecer,
eres la llama que arde en lo más profundo del anhelo,
la esencia misma de lo que puedes ser.
No eres el límite que encierra el pensamiento,
sino la vastedad de los sueños por explorar,
no eres la duda que tiembla en el momento,
sino la certeza de poder volar.
Tú eres la suma de tus risas y llantos,
la huella que dejas en cada paso que das,
eres la fuerza que emerge de tus quebrantos,
y la esperanza que renace en cada nueva faz.
No eres definición estática, sino un río en constante fluir,
no eres un destino fijo, sino un camino por recorrer,
eres el ser en constante evolución, el eterno existir,
la promesa de un mañana que está por nacer.
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