1
Una melodía sin nombre juega por la avenida,
sus notas rayan los muros enmudecidos.
Una saxofonista alada despierta la somnolencia de los transeúntes.
Las zonas sensibles de su cuerpo se abren al ritmo,
las zapatillas blancas danzan como las olas del mar,
y bajo el sombrero y cabellera suelta se oculta un enigma,
invita al silencio, interpretando la escala de la vida diaria,
¿Qué existencia se oculta tras su música, detrás de esa cascada de sonidos?
El eco místico del saxofón llena la avenida libertad,
parece susurrar historias de tiempos olvidados y sueños por regresar.
2
La melodía abre la puerta al ocio olvidado de tu espíritu,
el sonido a su lado no necesita letras ni palabras
solo silencio, el espíritu danza con la idea de un sueño,
sin tocar la realidad, se desvanece como un suspiro al viento,
desafía la comprensión humana, la vorágine de la ciudad,
En este instante, la alegría emerge de la libertad prestada,
La presencia de la saxofonista se mimetiza con el caos.
3
Un sonido de resistencia quiebra el equilibrio,
como versos de amor narran la lucha silente.
En el eco de un acantilado, una melodía susurros,
busca respuestas acerca la desconexión del corazón,
con la experiencia se desvanece como una flor al viento,
no hay huellas entre el ultimo minuto de una despedida,
¿Caminas esperando regresar?
Regresas. ¿Que ha perdido su lugar?
Despiertas de un sueño, la sinfonía un resultado,
entre el fruto del momento y la ilusión del mañana.