Mi cara es el reflejo de mi mismo
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No me importa el haber nacido feo,
lo acepté para ahorrarme desengaños;
estoy lleno de taras y de apaños,
y sin gafas confieso que no veo.
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A veces ni yo mismo me lo creo,
tengo arrugas de todos los tamaños
y un careto marcado por los años;
parezco el personaje de un tebeo.
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Hablo o callo , según la situación,
me lleno de optimismo o pesimismo
y dejo que aparezca Don Ramón.
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Que soy feo es tan solo un espejismo,
mas ser guapo tampoco es una opción,
mi cara es el reflejo de mí mismo.