Ausencias.
Miradas estacionadas, cada quien observa,
la vida con las orbitas negras,
violando lo inmutable.
Aquel hogar huele a tumbas,
las sombras no pronuncian sonidos,
basta ya de coloquiales ceremonias,
hace mucho dejo de ser necesario.
¡ Al despertar nada queda indemne !
Ausencias, donde mora la orfandad,
tétricos lugares de la imaginación,
disimulan la navaja estacionada.
En la marabunta gobierna la muerte
¿ Cuántos caminos deben ser recorridos para alcanzar un entorno espléndido ?
Lloro, cuando los seres alados caen al concreto,
pues el flautista no pudo eliminar la plaga,
y las malhumoradas ratas, les devoran.
Estas imágenes, idas al olvido,
el céfiro sobre crematoria,
deja solo huesos al sol abrasivo.
Tumbarse ante ello, sin un beso eterno,
es un rio estéril, el tiempo llora su partida,
y la dama del lago será transformada en barro,
únicamente las piedras sollozaran,
ante una edad del polvo en el ambiente.
Abandonos en la transitoriedad de la vida,
carencias infundadas a la percepción,
extinto vergel,
o …
cuartos de hierro enmohecidos,
sobre paredes lisas, escrito con las uñas… Ausencia.
Bebiendo sangre y aire en pulmones gastados,
gritos no audibles al caer.
Sencillo así es, pues los niños huyen de la ciudad,
son consecuencias de la perdida de la inocencia,
transmitiendo una sensación de quebranto y soledad.
Contemplación sobre la efímera naturaleza.
¿ Vacíos impíos, desacralizados ?.
Los castillos de naipes en el cielo se derrumban,
a la dificultad del sentido en circunstancias difíciles,
en cuencas oblicuas, sombras y pasos ausentes.
Desposesión y ausencia susurran cada rincón,
los naipes arrastrados a las aguas negras,
que se desvanecen por circunstancias difíciles.
Donde la melancolía llora viendo el cielo,
el pérfido éxtasis del inopinado olvido sideral,
y a la luz le agrada asesinar tinieblas,
¿ En olvido desolado, hay discernimientos ?.
No sé si llegue de arriba o de abajo de la tierra.
Elthan.