Verlos dormir,
como ángeles clandestinos
y contemplar su fiereza
felina y ronroneante,
es como para volverse humano
de tanta ternura,
o para derretirse como un chocolate.
Verlos dormir,
como guardianes del sueño
y querer saber qué sueñan
es la rutina diaria
para los que convivimos con ellos.
Alexander Elías2024
#poética