Bajo la luna, en la penumbra,
Quiero ser invisible, ser tu sombra.
Recorrer cada rincón de tu piel,
Donde la pasión es un sutil laurel
Quiero ser el lienzo
donde tu pasión se derrame,
Un testigo fiel de tu placer,
sin que me llames.
En tu cama, silente testigo,
Anhelo ser el aire, el susurro amigo.
Contemplarte en la quietud de la noche,
Mientras con tus manos exploras, derroche.
Quiero Ser el viento que acaricia tu figura,
Libre, sin límites, sin cordura.
En un juego de luces y sombras,
Extasiarme al saberte solo mia.
Bajo el manto de la noche, quiero ocultarme,
Ser invisible, tus secretos descubrir y amarte.
Testigo silente de tus susurros y gemidos,
En la oscuridad, tus deseos son míos.
Mientras intentas no agobiar a otros oídos,
Pronuncias versos de los que soy único testigo,
Como fiel anfitrión, en tu alcoba sagrada,
Derramo en tu nombre poesía
que a tu nombre dedico,
Tu ritual terminas, complacida,
Con tu piel sudada y tus fluidos liberados,
hipnotizado por tu acto, ansió gota a gota,
degustarte toda, en mi codicia,
de no desperdiciar tu exquisitez.
Quiero ser por siempre invisible,
eterno espectador de tu cuerpo
hecho arte, mujer.