En el cementerio, con la muerte
inundándome a borbollones.
Todo…todo ha concluido
¿ qué pensará el sepulturero
al ejercer su oficio ?
El nicho se va llenando con negritud
y el sol acurrucado tras unas nubes,
preludio de la tarde, es obligado
a abandonar el claustro mortuorio.
Cien miradas levantan el tabique
que separa en el recuerdo la vida,
de la muerte.
El viento que se une ausente al cortejo,
mueve con sus imperceptibles manos
los sentimientos.
¡ Todo a mi alrededor es muerte ¡
La vida vive en mi …. Pero
ahora, inmóvil ante cien fotografías
que insensibles me miran
me ahoga su silencio.
¿ Que somos ….. ?
una plegaria nace del corazón,
un deseo febril para cuando
yo yazca en la oscuridad
quiero para mí:
¡ Acógela en tu seno ¡
Sigue la tarde soplando su amargura,
sigue el sol acomplejado,
sigue mi vida tan vacía.