Darío Méndez

El fin.

 

 

Se acabó la música,

Enmudeció la calandria.

Se extinguieron las luces

De mis calles adornadas.

 

Con primavera de caricias

Con la dulzura de tu alma,

Nos arropó la noche,

Con su manto de desgracias.

 

Se rompió la cuerda,

Se quebró la aljaba,

Se perdieron las flechas

Como manojos de paja.

 

Se inundó el desierto

De nuestras vidas magras

Con mis lágrimas de ríos,

Con tus gemas oceánicas.

 

Se terminó la historia,

Llegó a su fin la barca,

Atracó en el muelle

La desdichada calma.

 

El silencio palpita,

En la noche estrellada,

Y los dos despertamos,

A la verdad desgarrada.