Hoy firmé mi renuncia.
No seré mas poeta.
Me libré de la musa
que me pide más letras.
Renuncié a aquellas noches
donde el vino y las velas
exigían derroches
de rimas y poemas.
Apagué aquella luna
que callada y serena
murmuraba en la bruma
que escribiera por ella.
Despedí mis recuerdos.
Y borré las memorias.
Me rompí los cuadernos
y olvidé hasta mi historia.
Los amores pasados
que se queden serenos.
Reconozco, he llorado
pero ya no más versos.
Me despido y los dejo.
Por favor, no me olviden.
De las rimas me alejo.
Ya mis plumas no escriben.