Desde el carmín de tus labios se asoma,
ese trágico final que elegiste.
Decidiste encontrar el amor, y no te juzgo,
dijiste \"no soy yo\" y marchar te decidiste.
No te mentiré, aunque desearía hacerlo,
las palomas ya no cantan en el cielo.
Las noches se sienten llenas de nostalgia;
duele mi pecho, en mi corazón hay hemorragia.
Bienvenidos aquellos recuerdos que me aferran,
a una realidad que fue, y a mi felicidad encierra.
Desdichado el corazón que te llevaste contigo,
de poco te servirá, y por eso te digo:
¡Regresa! No mañana, quizás cuando quieras,
cuando sus brazos se queden sin fuerza,
cuando sus besos y sus gestos te sean indistintos,
y en algún momento, los compares con los míos.
¡Regresa! Aquí te espero, no hay prisa,
nos queda la eternidad, no solo la vida.
Y aprovecha para vivir lo que pensabas,
lo que decías que tanto necesitabas, lejos de mí.
Mas no olvides en tu andar sonreír,
en cada paso que te aleja de querer conseguir,
aquello por lo que juntos clamamos brindarnos,
no es que no alcanzara, tan solo decidimos pausarlo.
Y cuando estés lista y el camino a casa encuentres,
¡No seas insolente! procura no lastimar su corazón,
porque recuerda que no hay rehabilitación,
para los corazones heridos, ¡Como hoy lo está el mío!
Y no te culparé por la ausencia,
nada importará más que tu presencia.
Pero por favor, disfruta todo antes de volver,
porque cuando regreses, no te pienso volver a perder.