Empecé a acostumbrarme a tu ausencia;
me desperté y ya no fuiste lo primero que llegó a mi cabeza
¿Será que te estoy olvidando?
La verdad es que no lo sé con exactitud,
pero ya no espero que al sonar el teléfono seas tú.
A tu silencio me estoy acostumbrando,
muchas veces me sometiste al abandono,
que ahora ya ni siquiera lo noto.
Solo es cuestión de tiempo para que vuelvas,
y desempaques tus maletas.
Oh mi amor, mediocre y falso amor,
te esforzaste tanto en alejarme de ti
que el camino de regreso no aprendí.
Es una pena que no me hayas correspondido y ahora en tu retorno encuentres los restos de un amor fallido.
Es solo que me acostumbraste a tu mala manera de querer,
que ahora soy yo la que no piensa en volver.
He aprendido a no llorar tus desaires,
dejé de contar tus infidelidades;
ya nada de eso me afecta en estos momentos
porque para mí tu amor nunca existió
y si existió, hace mucho que se murió.
Me acostumbraste a la soledad,
dejándome el corazón a la mitad,
te olvidaste por completo de mí,
no consideraste mi sentir.
Así que ahora no me reproches la frialdad,
cuando siempre que volvías aprovechaste mi bondad.
Me acostumbraste a tu desamor,
a tu indiferencia y en mí creció rencor,
perdóname, ya no hay más que decir.
Sé que nunca te tuve, entonces nunca te perdí.