Si sentiste de amor su estocada
y pasión te ofreció sus brebajes;
¡tu viviste las dichas salvajes,
con lujuria, de fuego bordada!
Si escuchaste la gran campanada
que portaba fogosos mensajes;
de ilusiones que llevan mensajes
de grandiosa y febril llamarada...
Si gozaste la tórrida euforia
de calmar de tu ardor el anhelo;
con el beso que queda en memoria
y provoca divino desvelo;
¡tu viviste la máxima gloria
de llegar al mismísimo cielo!
Autor: Aníbal Rodríguez.