VOLVERÉ A PISCOBAMBA
No es el ventarrón, el que fustiga, al cerro imponente y misterioso de Huancash,
tampoco es el viento cordillerano, el que acaricia a los eucaliptos,
es el bus interprovincial, que viaja raudo por los caminos agrestes,
sorteando las curvas y las trochas de las montañas gigantes,
llevando grandes emociones, de los que pronto llegarán a su destino.
Ansioso estoy, por sentir el abrigo cálido, del sol conchucano,
de aspirar el aire puro inmaculado, de su espacio andino,
paraíso refulgente y adornado de las flores aromáticas, del campo fértil,
inspirado en el dibujo pintoresco, de un matiz bello del cielo celeste,
adornado mágicamente, de sus nubes blancas e inmaculadas.
Son las nostalgias del pasado, que vienen a mi memoria,
para un caminar feliz, por las praderas verdes de Piscobamba,
soy un buen romancero y enamorado de tu hermoso paisaje,
mi sangre fluye aceleradamente, por verte, oh, tierra amada,
donde el río misterioso de Pacosbamba, es de reflejos hídricos,
que da la bienvenida muda, a su pueblo de Socosbamba.
Mis poros se alimentan y se nutren con tu aire incólume cordillerano,
me acompaña donde voy, las melodías alegres de un chimayche
un repertorio inmenso de letras, dedicados a mi amada y a mi provincia,
son incontrolables pulsaciones que ya se siente, por mi retorno a ti,
volviendo a la patria chica que me vio nacer y crecer,
llamada con justicia, como la novia de los andes y del bello horizonte.