Aquí está mi casa constantemente hablándome,
un solo mosquito en la inmensidad del espacio,
lucha intensa entre el viento en dos facciones separadas,
la misma canción en la antesala
y un reflejo de Dios allá en lo alto
de un cielo nuboso del que sólo sé yo.
Es mía la historia que empieza en el fondo
de un resbalón a lo tóxico
que descompongo entre aromas de algodón
que me hacen bromas y lo expongo,
el vacío hoy se colma sólo con un poco
y si lo toco ya será por cuenta propia.
Me he vuelto un neurótico envenenándome las dosis
ahora que todo pasa a recobrar su importancia
bajo de nuevo este foco que incluye su balanza,
así mi ansia en otra constelación avanza
hacia nada en concreto además de esta estancia
que me comprometo a usar de cápsula
de aquí en adelante.
Soy un astro y voy girando alrededor de una imagen
que es de barro y se deshace al contacto
simultánea a este caos emocional
que dentro guardo para estar bien seguro
sin ventanas a otras calles fuera del mundo.