Hoy te he vuelto a ver tras tres octubres;
hoy tras tres intentos tuve suerte;
hoy te tuve,
a ti, que vagas tras las urbes.
Al cielo imploro ser fuerte
pa cuidarte a ti, que subes,
pero tan negras son las nubes...
Ante a mí no te desnudes
si no acudes,
a la llamada de mi mente.
Acude al frente,
a la batalla en la que anudes
el problema al que aludes
o al que eludes tan ausente.
Y si tantos males tienes
a mí acude,
confía en que te ayude,
aunque viva cual demente
que ni huye
ni rehúye,
ni concluye su presente.
Por favor, no dudes,
sé que duele,
más, si te vas, no saludes.
No somos tantas las gentes
que en su marcha se entienden.