Se me ha parado el reloj que a todos nos dan prestado
para recordar que ayer fue un día ya olvidado
porque te fuiste mujer del camino que tomamos
cuando yo me enamoré, cuando nos enamoramos.
No sé bien si está lloviendo
o si está soplando el viento.
¿Qué nos lleva al desencuentro?
No quiero mirar atrás porque el recuerdo me sangra,
me sangra por el fracaso que anima a la venganza
que es como un río bravío que arrasa con la esperanza
y yo no quiero ser preso de los lazos de tu marcha.
Me asaltan los pensamientos
sin saber dónde me encuentro.
¿Qué nos lleva al desencuentro?
Golpean nuestras caricias el barco que una vez fuimos
y todo aquello elevado y todo aquello que hicimos
no quiero que me devuelva al mundo que construimos
ya que te fuiste mujer dejándome en el camino.
Si te digo lo que pienso,
te diría que lo siento.
¿Qué nos lleva al desencuentro?
La rebelde tentación que arrastra un viejo querer
crea con la conciencia la batalla más cruel
en la que el enamorado, herido, pero de pie,
ha de ponerle defensas al corazón de mujer.
Se escapan los sentimientos
junto a la vida y el tiempo.
¿Qué nos lleva al desencuentro?