Rítmicamente se complacen mis oídos
con las angustiadas notas del coro de Nabuco,
a la vez que del corazón
cientos de defraudadas sensaciones
pugnar por escapar.
Las voces afinadas de los esclavos
increpan al injusto rey
que los aparta de un sueño recibido
en testamento de sus mayores,
mientras mi voz perdida,
débilmente, se cuestiona mi destino.
¡ Si a ellos un tiránico rey los somete,
en mi caso, un implacable destino
me reprime en silenciosa soledad. ¡
De repente me saturan deseos de reproche,
de protesta justificada
y trato de ulular mis sentimientos,
pero esta pasajera cólera
se torna cobarde represión,
por saberme marioneta dirigida
entre los tentáculos manipuladores de la vida.
Vida … ¡qué mentirosa palabra
cuando pasa, a escondidas, junto a mí..¡.