Freddy Kalvo

¡Tramoyistas!

 

Hilvanando un pensamiento

con la mirada perdida,

con dilatada pupila,

en el horizonte, viejo

y nubes grises del cielo

me pregunto: —¿Qué es la muerte?

Y me respondo: —¡Es un trueque…!,

del que, en nombre de Dios, mata,

creyendo que su alma salva

cuando muchos niños mueren.

 

—¡Hipócritas! Creen ser

los dueños de la verdad

siendo siempre el mismo mal

con almas que cargan hiel

y disparos a la sien.

—¿Qué dicen las escrituras,

que escribieron unas plumas?

—¡Qué existe un gran Dios de amor!

Y en nombre de él va el cañón,

cavando a los niños tumbas.

 

—¡Embusteros, eso son!

—¿cristianos? Nunca… —¡Jamás!

Se entrenan para matar

en nombre de un «salvador».

—¡Tramoyistas, los de Sion,

con sentimiento sionista,

que matan a tantas vidas

derramando mucha savia

con el filo de una espada

que más odio ella cultiva!

 

Sobre las tumbas no hay flores

solo lluvia con tristeza,

el temor como trinchera

y el clamor de muchas voces.

—¡Qué se callen los cañones!

Los fusiles… —¡Queden mudos!

—¡Qué terminen tantos lutos

y destrozos inhumanos!

Unid voces y gritamos:

—¡Qué haya paz para este mundo!