En el mar de las emociones vivo
imaginándome que las razones tienen más peso,
es como creer que las palabras lo dicen todo,
cuando habla más por mí el movimiento de mi cuerpo.
¡Oh! Cuanto me falta por conocerme.
Ciego y mal encaminado hoy me siento,
creyendo que todo lo dominaba con mi aliento
y ahora resulta que no me había dado cuenta
de lo que estaba sucediendo en esta vida cruenta,
pensando estar siempre en lo correcto por mi talento.
¡Oh! Cuanto orgullo malsano arrastraba.
Y aun en el mar de mis emociones vivo,
llevándome las olas a ratos por lo agradable
y otros por el sinsabor insoportable.
Ahora por conveniencia me refugio en la inconsciencia,
sintiendo que el mundo de afuera es una advertencia,
pero no es tan poderoso como el mar de mis emociones,
que a veces me arrastra y otras me lleva a flote
en diferentes embarcaciones.
Oh, ¿realmente me doy cuenta de todo esto?