La duna diluía la ola,
en la distancia, nube sola,
el límite descubría confines,
salobres aguas de los atunes
Detenido el tiempo, jalaba
segundos y horas, tornaba
bajo la mirada del rapsoda,
arbustos sin corola, una oda
Medianoche, sola de aurora,
cual pianola y trócola, rora
concierto ola tras ola,
ansioso rapto a esa díscola
Reflejo en la espuma rebota,
virtual velero surca, ahora rota,
el viento retiene derrota vela,
ruin movimiento desnivela
Entre guijarros nace un florero,
avanza y le devora, el albero.
Encrespado el salado piélago
reaviva energía en halago
Sutil sunami la playa libera,
extingue la duna almadrabera,
afloran enguijarrados arbustos,
niebla de tenebrosos sustos
¡Exhala ingrávido un azoato efluvio!