- ¡Ay, te has pasado! Ya no te ajunto.
- Ah, has empezado tú primero. Y a mí que me importa que no me ajuntes.
-Ya, pero no compares mi tirachinas de crucero con tu cachiporra antiaérea. Mira que chichón me has hecho. Se lo voy a decir a mi hermano mayor y te vas a enterar.
-¡Ja! Tu hermano ya no te hace caso. Desde que le vio las bragas a mi prima Victoria, anda todo el día detrás de ella pidiéndole jugar a los papás y las mamás.
-Bueno, pues cuando te descuides voy a coger tu muñeco Fronterizo y le voy a arrancar la nariz.
- Como toques a Fronterizo me las vas a pagar. Que desde que te invité a mi fiesta de cumple y fuiste con tu avión supersónico, robándome todo el protagonismo, no te puedo ver.
-Te chinchas, y si no me puedes ver, lo tienes tan fácil como mirar para otro lado.
-Ya, claro. Si miro para otro lado me vuelves a dar un cachiporrazo. ¿Te crees que soy tonto?
-¡Eres un tontito! Nananananana (le hace burla, sacándole la lengua)
-Y tú eres un cacapeoculo. Anda, para que vuelvas a burlarte otra vez de mí.
- ¡Y tú más! Ahora verás (levanta la cachiporra)
- (Sale corriendo)