Cuando faltes,
será cuando vista de palabras
tu ya imposible e infinita piel
de sonidos nocturnos,
libando flores,
aleteando dentro del colibrí
como árbitro del rayo,
entonces cada ciclo
será la posesión del agua
invirtiendo nuestros cuerpos
en el espejo de tu invisible más allá
antaño desnudo olvido.
más duran los ojos
que solo una vida
el deseo fue una lágrima de carne
que ardió
sobre el aguacero de tus pertenencias
ave desvencijada en ataúdes
de ausencias,
Que el azar
de tu no libre albedrío
dispare
a mi corazón
con besos coagulantes
de eterno latido
en este camino ya escrito.