Compartir contigo los demonios del alma, los sollozos ciegos que casi nadie escucha.
Detener los trenes, atrancar las puertas.
Entretenerme con los sibilinos saberes que la noche oculta.
Verte desnuda, entre las sábanas de seda y las cortinas de una alcoba inventada.
Pintarte, cada trazo y línea abstracto que emulen tus colores.
Andar por los ríos de tiempo que la vida nos brinde, respirar cada aire nuevo y contemplar con alivio, el saber que estamos bajo el mismo cielo.