~ * ~Sinopsis:
~ * ~Annetta y Leonardo son dos amantes que se aman dejando la llama en el corazón cuando su relación no podía ser pública ante la sociedad y su corazón quedó inmóvil, inerte por un amor imposible…
Sucesos:
El museo es una atracción para que las personas se ilustren y tengan un conocimiento de la historia de algún arte. El arte es la música que hace renacer nuevamente a la vida, a la esperanza y la nueva historia. El museo detrás de la residencia de Annetta es un inmenso museo donde se guarda el más recóndito arte de la humanidad. Annetta sabe que ese museo es el arte de la vida, es un museo viejo, arcaico, atípico y tan obsoleto como lo más añejo de la humanidad. Annetta sabe muy bien la dirección de ese museo cuando sólo desea ver a escondidas a Leonardo, a su amante pasional y de una pasión sin medida que corre ser como el amor de juventud. Annetta está casada y Leonardo también, son dos amantes de una pasión sin medida cuando ocurre el transcurso del tiempo y se aman cada vez más y más, y el amor en subrepticio dolor queda sin poder ocultar, ya. La vida entre Annetta y Leonardo comenzó con una mirada, con un sol en los ojos, con una picardía de amor, con una suspicacia de ternura, con un desenfreno pasional, pero, con un dolor a muerte segura en el corazón y es la llama en el corazón que desata el amor entre dos amantes. La llama en el corazón quedó por siempre con subrepticio dolor cuando el corazón de ambos quedó en el infortunio, en la soledad y en el rencor devastado de un amor oculto. Annetta y Leonardo se aman calurosamente pasional como un cálido sol y como el deseo vivo en el corazón, es como si la lluvia cayera del cielo y sin sentir sus gotas se aman ambos entre el silencio nocturno. La vida para Annetta y Leonardo es ocultar su amor, es sentir el dolor, amar bajo el tormento y la tempestad. Annetta quiere a Leonardo, pero, el amor a veces es traicionero, es débil y muy indeleble al corazón. La vida corre como avestruz o con pasos de ganso, pero, nunca y jamás yace mortal el amor en el corazón. El museo detrás del hogar de Annetta es un museo de esos, por los cuales, se intercepta el alma con el arte y el corazón con el amor con el arte, a la música y a la filosofía de la vida. El museo es humanitario, es como de esos museos de un arte fino, cuando en el alma se conecta con el arte y con demasiado recelo de vida hacia la verdadera existencia. Annetta, en el alma quedó con una luz que brilla, aún, como la eterna estrella en el mismo cielo sin poder deliberar un sólo tormento. Cuando, Annetta en el ademán frío de un sólo tiempo caduca como el vil desenlace de creer en la cruel tempestad que está por irrumpir en su ruta y que se avecina. Annetta lleva en la sangre pasión de la ardiente, apasionada y de un amor en libertad, pero, no, eso es lo que ella cree y siente cuando es una mujer casada. Annetta desea converger en el alma un sólo amor de esos, por el cual, desea amar más vilmente, más apasionada y con el sol en la mirada se cuece un amor sólo sin el dolor que da un amor de amantes. Annetta sabe una cosa y es que desea amar vehementemente con el alma y el corazón a cuestas por una sola razón. La vida se atormenta con tan sólo pensar e imaginar que la vida le golpea fuerte desde que siente un amor profundo por Leonardo, el amante casual de Annetta. La mirada de Annetta y de Leonardo los hace cómplices de un amor clandestino, subrepticio y tan oculto como las sombras de un sol bajo el árbol y como la luz inerte en profunda oscuridad en un mar desierto. La vida para Annetta fue y siempre será amar a Leonardo, a pesar del débil corazón que se rinde ante el verdadero amor. Annetta se aferra al clandestinaje, al amor en subrepticio dolor y a la pasión oculta de un amor oculto como ser la amante de Leonardo. La vida de Annetta fue un amor amante, fue un amor clandestino, de ésos ocultos en el alma, en el corazón y sin ser público. El amor de Annetta fue un amor abstracto, clandestino, invisible, indeleble y por ser traicionero en el amor. Annetta decide, delibera y converge en reunir la vida de Leonardo y de Annetta en aquel museo donde es observado el arte, la magia trascendental y el universo fino que nos da la música, el arte, y la filosofía, allí, en un banco en el museo se sientan ambos y deliberan su relación de amantes.
Leonardo observa detalladamente a Annetta a los ojos y mira el amor puro, incondicional, ingenuo e inocente en Annetta. La mirada entre ambos amantes cruzó estándares, edificó el amor y se convirtió en un desenfreno total y una pasión indeleble forjando el amor, la espera y la forma y manera en atraer al corazón al amor. Leonardo visita el museo por última vez al deliberar el amor pasional entre dos amantes. La fuerza y el amor se perciben, se sienten, se miran como dos jovenzuelos en plena juventud. La vida para Leonardo queda adherida al amor puro, inocente e ingenuo en Annetta cuando en el suburbio de su corazón enaltece el amor, la vida y el tormento. Annetta, sólo, siente amor en su corazón sin importar que esté casada. Annetta acude insistentemente al museo a encontrarse con Leonardo porque el amor queda impregnado como fragancia pura en la piel desatando la furia y la euforia en pieles infieles de amantes casuales. Annetta quiere y desea amar a Leonardo con el alma impoluta, convergente, intransigente, indeleble, pero, muy estable, si el alma de Annetta va de luz en luz, de lucero en sendero y de destino en camino. La vida de Annetta se torna exasperada, inocua, intrascendente, pero, muy intolerable cuando Leonardo la mira parca, inmóvil, inerte e inconscientemente cuando Leonardo expresa una frase, una frase donde queda la vida en un hilo, en un desastre y en un solo mal acometido. La frase que expresó Leonardo dejó helado y congelado al corazón de Annetta cuando ella cree que la relación de amantes casuales va de rumbo en rumbo y de destino en destino cuando en el alma cree que el tormento es como la tempestad fría e indeleble en el mismo suelo por donde pisa el amor en el museo. La lluvia cae con esa frase que expresa Leonardo edificando que es un hombre casado, comprometido, de familia y de un amor de años. Los amantes infieles llamados Leonardo y Annette en el museo donde se ven por última vez se torna exasperada la situación cuando en el combate se siente como una sola persistencia en el amor. La insistencia de Annetta en el museo por amar a Leonardo queda en solventar el amor en la pasión hecha mujer, pero, Annetta es casada y desea vehementemente a Leonardo. La insistencia de la vida de Annetta la lleva por el sendero amargo de la infidelidad de dos amantes que se aman, pero, que no pueden permanecer juntos. La vida de Annetta se llena de pasión, embarga de amor y de un clandestinaje en subrepticio calor. Annetta toma de la mano a Leonardo en el museo de arte donde se hallan los dos y Annetta presiente un calor, un amor, un clandestino dolor cuando sólo Leonardo expresa la frase más fría, más álgida, como un viento gélido y como un deseo venenoso y le dice que… -¨no podemos estar más juntos¨-. La frase quedó fría como álgida la vida, el amor, la vehemencia y la pasión inerte, inmóvil, inconsecuente cuando Annetta quiso amar, aunque sea, como amantes infieles, pero, el alma, la vida y la certeza quedó en camisas de sudor extraño cuando Leonardo no quiso la relación con Annetta y Leonardo, aunque, quiso amar a Annetta, el caballero respetó a su amor, a su fiel esposa y a su fiel familia. La vida para Annetta quedó destrozada, abatida, adolorida, maltrecha cuando el instante quedó en manos de la soledad y la amarga desolación quedó atraída por el desconsuelo frío y con temor sin ser amada por Leonardo. La frase de Leonardo quedó derribando el dolor, destrozando el amor y destruyendo la pasión de dos amantes que se aman sin condición ni consecuencia ni conciencia. La vida quedó desmoronada, derribando el alma, el amor y la pasión desnuda, pero, Annetta quedó con los labios fríos, con las manos entrelazadas a las manos de Leonardo y perdió un instante, perdió un momento cuando la frase de Leonardo fue…-¨no podemos estar más juntos¨-.
Leonardo sin poder separarse de su familia prefirió abandonar, el amor, la pasión y la vehemencia carnal entre dos amantes que se aman en realidad destrozando el momento como una pérdida en plétora abundante de una sangre que late, pulso a pulso, gota a gota y en el museo una alta presión en el corazón sucumbe y todo porque el alma y el amor se separan hoy desde aquel museo en donde Annetta y Leonardo se miran a los ojos por última vez. Annetta zozobra como sobra la sal en el mar, como sobran las horas sin tiempo, como sobra el día sin sol y como sobran las palabras sin poder expresar nada, así, zozobró Annetta entre la mirada de un hombre que decide amar a su familia antes que el amor de una mujer siendo la amante. Leonardo es honesto, con respeto y con seriedad expresa la frase más indeleble en el corazón para Annetta cuando en el alma llena de oscura luz se debate entre la noche fría y sus ojos sin la luz de los ojos de Leonardo. Annetta quedó forjando el dolor en un sólo afán cuando en el alma quiso ver luz de un amor casi fructífero, pero, Leonardo le expresa la frase más fría que expresan todos los amantes cuando no desean perder a su familia, pero, en el corazón sólo siente persuadir y manipular como todo hombre al corazón con un amor que sabe de amar. La vida para Annetta será siempre amar a Leonardo. Annetta y Leonardo en el museo se miran y se observan a los ojos por última vez y ella le expresa que… -¨nunca dejaré de amarte¨-. Annetta se identificó como la mujer más indeleble, más fría y con una insistencia atroz en proseguir la relación con Leonardo, pero, el museo quedó como cómplice y como testigo de ese amor puro, inocente e ingenuo que se tiene que separar por ser amantes casuales de un tiempo en que el amor debe de bifurcar. La vida quedó atemorizada, abatida, adolorida y malherida cuando el tiempo y las horas quedan inertes cuando el sol inmóvil quedó entre los ojos de Annetta con aquella frase más fría, más álgida y como un hielo gélido palpó a su piel de un instante en que la vida irrumpe en el deseo por amar. Leonardo, aunque, apacible, sosegado y templado, con voz entrecortada le expresa a Annetta que… -¨no puede ser más lo nuestro¨-. Annetta quedó mortífera, mortificada y desamada por el amor de un amante que no pudo ser. La respuesta de Leonardo fue sólo que no podía separarse de su familia y que su familia era lo primordial. Leonardo, sólo, desea el amor de su familia y que nunca abandonará por el amor amante de una mujer que se interponga entre su familia y él. Leonardo con seriedad en rostro, con manos frías y corazón duro le expresa la frase más fría a Annetta. La vida quedó atemorizada, espantada y con un susto indeleble, mortificador en que sólo la vida quiso ser tan desolada como la misma soledad. Annetta, sólo, recuerda el arte en el museo, la música y la filosofía de vida quedó espantada y con un dolor incongruente de esos en que la vida espanta, asusta y con una dureza en la misma alma. La tristeza que embarga a la vida de Annetta es un sentimiento profundo, es una lágrima seca o que moja los mismos labios de amargo dolor y que es una pena que entristece a Annetta por el tiempo que quería ser la amante fiel de Leonardo dejando atrás a su vida casada y a su esposo. La vida de Annetta fue siempre con desamor en la relación que lleva con su esposo y que no es una relación que perdura con amor sino una relación de conveniencia. La vida comienza a debatir entre el amor, la pasión y la vehemencia entre dos amantes que se miran y se aman con subrepticio dolor. La vida para Leonardo y Annetta se siente y se percibe como el frío tormento de un verano sin calor. El sol para Annetta quedó en una eterna lluvia desde el manantial de sus propios ojos llenos de luz opaca.
Annetta sucumbe en un trance trastornado al saber que Leonardo la ama, pero, que no puede estar con ella por amor a su familia. La vida atormenta, sucumbe y trasciende en un dolor inconsecuente cuando Annetta quiere y decide por fin amar a Leonardo, a pesar, de la frase tan fría que le expresó antes de marcharse del museo de arte. El arte para Annetta era un arte mágico, trascendental y que amó indeleblemente a la música, al estilo de vida de cada quién porque cuando pernocta en el museo es lo que le deja saber el museo, respetar el arte, la música, la filosofía de vida y a la humanidad. La vida para Annetta fue trascendental cuando escucha a las palabras de ése hombre que ella amaba con todo su corazón y la vida para Annetta fue buscar y hallar a la triste verdad de que ése hombre no la amaba, pero, ella, a pesar de la decisión de Leonardo quiso ir más allá de esas palabras y quiso Annetta marcharse lejos de aquél museo, pero, con él. La vida quedó mortal, letal y leal cuando Annetta, sólo quiso entregar corazón, alma y vida a ése hombre que, por el cual, abandona todo a su suerte esperando ser correspondida de tal forma y de tal manera. Annetta desea converger en tal relación hasta que logra convencer a Leonardo que se marche lejos con ella de ese museo. Annetta, sólo, siente y presiente en su corazón un sólo deseo y es el de marcharse lejos con Leonardo, sí, lejos de ese museo y de todo el mundo en general. Si Annetta sólo quiere y desea converger en todo momento en decidir entre su esposo y su familia o en el amor de Leonardo. Annetta, caprichosamente exótica quiso largarse con Leonardo de ese museo de arte, de la vida, de la filosofía de vida y de ese exótico estilo de vida. Annetta, cuando encrudece por tanto y por cuánto deseo de envenenar el alma y, más que eso, en sentir la fuerza de amar en el mismo corazón por amar un amor por ser amantes y nada más. Cuando, Annetta en el fuego clandestino del corazón se cuece el alma en una sola pureza innata. Cuando en el altercado frío de esa terrible relación, se vio, Annetta con Leonardo fijamente a los ojos y cada uno se dispone a salir de ese museo cada uno por su lado. Annetta no calcula, no demuestra, no disimula, ni emula, sino que se siente como una adolescente de las que se enamora con facilidad. Y, en Annetta ocurre el transcurso de la ida sin regresos, sin poder debatir una sola espera inesperada y tan exasperada cuando ocurre el percance de ir y morir lejos de la pureza y de la fría verdad. Cuando, en el cuerpo de Annetta trasciende el delirio frío de entrever a la razón fría e inestable de creer en el acometido frío y envenenando a la vida por risas y a carcajadas frías de entrever el cometido de dar una sola sonrisa cuando se ama más y más. El amor de Annetta y Leonardo se cuece de frío, de álgido viento y de un gélido tormento de amantes casuales y por morir en un amor de esos fríos del alma inmóvil e inerte. Annetta y Leonardo quisieron amarse más y más cuando quedaron atemorizados de un sólo espanto inseguro cuando en el alma descendió de un sólo frío y de un viento tan gélido como demostrar la carencia del alma fría. Cuando, en el alma de Annetta y Leonardo quedó como la sonrisa hecha risa, cuando se miran por última vez en aquel museo de arte, de la vida, de la humanidad y del estilo en la filosofía de vida. Si el alma destruyó el acometido y el frío veraniego en poder creer en el trance del recelo de la existencia y en poder vivir sin ciencia cierta. Cuando, el amor de Annetta y Leonardo quedó como un símbolo en cruz y raya, deseando envenenar el alma de rico porvenir y de un desastre de esos en que el alma quedó como órbita lunar atrapando todo. Cuando, el amor de Annetta y Leonardo quedó como la caricia ofrecida de un sólo mal deseo inconveniente. Y, sus cuerpos sin quedar unidos se marcharon de ese museo, pero, sus miradas quedaron adheridas al cuerpo, al amor, y a la pasión desnuda de dos amantes casuales.
Annetta y Leonardo quedan enamorados eternamente y tan unidos de mente, corazón y alma cuando sólo el momento fue inoportuno, pero, muy trascendental y sus ojos trascienden la frontera, la muralla, la valla del amor en el corazón y se marchan lejos del uno del otro y de aquel museo donde se vieron, se observaron y se amaron como nunca antes en el recelo del corazón. Annetta decide no convencer a Leonardo de marcharse lejos con ella. La vida para Annetta fue y siempre será la vida, el temor, la pasión y la vehemencia carnal de sentir a aquél hombre entre sus brazos cuando sólo el tiempo se encrudece de tiempo y de sentido opuesto de aquél amor que quedó varado en el mismo corazón. Annetta cree que su mundo quedó adherido a su corazón, pero, fueron los ojos de Leonardo los que quedan enamorados de Annetta cuando se mortifica el amor en el corazón. Annetta queda petrificada, adherida y cruelmente enamorada como amante de Leonardo, pero, el amor encrudece de tiempo, alma, vida y corazón cuando el tiempo transcurre. Annetta cree que su mundo acaba, que su vida muere y que su corazón ya no late más. El alma de Annetta cree que la luz llega a descender, a culminar y a entristecer de un dolor inconsecuente cuando el alma de Annetta cree que la luz desaparece, pero, logra reponerse, tener noción y lógica cuando decide dejar a Leonardo como amante y regresa con su esposo y familia. Annetta piensa que sin perder el tiempo se halla demostrando que el alma y el corazón son uno solo. Annetta no pierde el tiempo jugando a los amantes casuales cuando su vida y su corazón se marchan junto a Leonardo dejando inerte a sus propios ojos llenos de luz entre los ojos de Leonardo. La vida de Annetta quedó atemorizada de un dolor por no poder marcharse lejos con Leonardo, pero, su alma y su corazón quedan con él regresando con su esposo y su familia. Annetta decide embarcar lejos de la vida de Leonardo cuando encrudece de un espanto seguro cuando en el alma de Annetta se halla fría como el tormento y la tempestad. Annetta decide regresar con su esposo y su familia dejando la vida de amante hacia un lado y no quiso petrificar más a la esencia, el tiempo y más la vida inerte, sosegada e inmóvil que le deja Leonardo a su paso por el museo donde se despiden mutuamente con ojos llenos de lágrimas, con decepciones y desilusiones en ser amantes sin tiempo perdido. La frase de Leonardo, sí, aquella frase que expresa por abandonar la vida de amantes queda intransigente, indeleble y enfría la relación entre dos seres que entregaron todo, pero, el alma de ambos amantes queda adherida cada uno en sus propios ojos. Annetta decide embarcar, navegar rumbo fijo con su esposo y su familia al igual que hace Leonardo. La vida entre ambos amantes se vuelve fría, inestable, insípida y sin ser muy agradable entre las vidas de dos amantes casados. La vida y la suerte entre éstos dos amantes se vuelve intransigente, indeleble y muy álgida. La vida marca trascendencia y un trayecto pertinaz demostrando que la vida conlleva una atracción entre dos seres que son amantes y son Annetta y Leonardo. La vida queda atraída con un dolor nefasto, pero, muy intransigente cuando Annetta decide por el amor y la vida entregando vida y corazón a su esposo y a su familia demostrando que se ama abstractamente y sin peros cuando el amor por el esposo y por la familia lo es todo para Annetta y su esposo. Annetta quedó indeleble, inestable e insípida cuando ocurre lo que ocurre una bifurcación entre dos personas que juran amarse, a pesar de circunstancias, conveniencias y dolores amargos en el alma. Annetta jura y perjura amar a su esposo y a su familia, decide regresar con ellos.
La hermana menor de Leonardo se une en santo matrimonio con el hermano de Annetta. La vida, el amor, el corazón y la pasión se unen nuevamente para formar un deleite y una unión entre dos amantes que desde hace un mes no se miran a los ojos desde aquella tarde en el museo de arte, de la música y de la filosofía de vida. Transcurre un mes desde que dos amantes no se miran a la cara ni a los ojos amándose como nunca. La vida para Annetta y Leonardo se mezclan al unísono pernoctando un amor, un corazón y una sola vida cuando encrudece por todo y por tanto dejando inerte al corazón inmóvil. Annetta y Leonardo creen que no podrán verse y mirarse a los ojos en la boda de sus respectivos hermanos, pero, la vida, el alma y el corazón los une como dos estrellas fugaces en el mismo cielo. Es el sol en la mirada o es la estrella en los ojos de cada amante que se miran y se observan desde lejos como poder ser a ciencia cierta dos amantes casuales que se quieren y se aman vehementemente. La boda se realiza entre los dos hermanos respectivamente de Annetta y de Leonardo, se reencuentran los dos amantes en la boda. Annetta y Leonardo se miran a los ojos fijamente y realizan entre los rayos del sol una fuerza, una debilidad y una atracción física como la vida, el corazón y el amor, pero, quedan atemorizados de un sólo espanto cuando no pueden ni hablarse como dos amantes que se aman con el amor en el corazón. La vida queda atormentada, fría y tan álgida como demostrar que se puede amar con calor, con pasión y con vehemencia. Annetta y Leonardo se miran con dolor, con amor, con una pasión en subrepticio dolor y con una vehemencia indeleble en el corazón y en el alma. Annetta y Leonardo se fijan duramente a los ojos queriendo demostrar que la razón se pierde como se gana. Cuando en el alma y en el coraje del corazón Annetta y Leonardo, sólo, se enaltecen como se miran a los ojos descubriendo a la razón inerte y fría e inmóvil como los ojos de un todo sol. Si desafortunadamente los ojos quedan mirando y observando fríamente a los ojos de cada amante, de cada ser y de cada corazón amando ocultamente y tristemente mirando a los mismos ojos y de cada quién. Annetta y Leonardo, en el alma, se observa el alma, la mirada fija y el corazón muerto de un sólo querer y de un sólo amor en cada recelo de la vida misma entre Annetta y Leonardo. Annetta y Leonardo, en el alma, deciden amar y deliberadamente entregar el alma y el corazón, se observan Annetta y Leonardo en un sólo mal trance entre dos amantes que se aman y que no pueden estar unidos ni juntos como dos luceros. Annetta y Leonardo vestidos como dos amantes llenos de ¨glamour¨ se llenan de insistente amor y de una pasión indeleble. Cuando, el alma de Annetta y Leonardo se miran incongruentemente y apasionadamente, pero, con un dolor incoloro, translúcido, transparente y muy abstracto. El sol renace nuevamente entre los ojos de luz de Annetta y Leonardo cuando quedan como dos jóvenes amándose bajo el sol o bajo la luna porque llega la noche fría y álgida, sólo, quieren entrelazar miradas y ojos candentes como la luz del sol o como el calor en subrepticio dolor. Annetta y Leonardo cruzan miradas y demás dolores de dos amantes que se miran sin poder ocultar un amor, una pasión y una vehemencia carnal y se debate en una espera inesperada entre Annetta y Leonardo. La boda culmina y, en la recepción de la boda casi entristece por todo y por cuanto se demuestra que los dos amantes vestidos de ¨glamour¨ se miran descontroladamente y se observan que se miran con amor, irrumpen en un desconcierto frío y efímero de creer que la pasión se llena de amor candente, tan cálido como el sol y lleno de todo el cielo.
La boda acaba, culmina y termina demostrando que los amantes se aman como nunca. La noche fría y descendente de un álgido viento se encrudece de tiempo y de amor inconcluso, inestable e insípido. Porque todo en el momento y en el instante en que se cuece de espanto inseguro se torna más indeleble el amor entre dos amantes casuales que se miran con la aventura, pero, con el infortunio de no estar unidos en amor y pasión. Cuando la boda culmina, ambos amantes entrelazan unión, miradas en esa noche fría, descendente hacia el más nefasto tiempo. La vida atormentó, enfrió lo que era una pasión, una vehemencia carnal cuando se unen las miradas de dos amantes que desean amarse toda la vida porque la vida bifurca separa corazón, unión, vida y amor. Los dos amantes, Annetta y Leonardo se miran descontroladamente como un sol penetrante, eficaz e impetuoso en una noche fría, desolada y sintiendo el coraje para amar con la fortuna de ver el cielo de color mágico. La vida es como la ilusión, es como el deseo y como el anhelo en virtud para amar entre dos amantes, pero, se pierde el amor por ser amantes y nada más. Annetta y Leonardo se miran descontroladamente, ya la gente empieza a murmurar y a identificar la pareja como dos amantes, por lo cual, se torna exasperante la idea de querer ser parte de la vida. Annetta y Leonardo se aman descontroladamente como el sol brilla con rayos a pleno medio día. La vida para Annetta y Leonardo se torna intrínseca la relación desde que se dejan por última vez en aquel museo de arte, de la música y de la filosofía de la vida en donde se encontraron tantas veces. La forma y manera de amar entre Annetta y Leonardo se torna exasperante, intransigente, indeleble e insípida cuando la noche fría llegó y logró unir en calor a los dos amantes que se miran sin recato, sin pudor y sin más que el amor a tutiplén desafiando murmuraciones, chismes, habladurías y tergiversaciones en la relación que acaba de comenzar en ofrecer un diálogo entre los dos amantes, a pesar, de que sus parejas se hallan en el mismo lugar citado para realizar la boda. Annetta y Leonardo se hallan marcando territorio fijo para conversar de una relación que está en gravitación y todo por ser amantes sin destino ni camino alguno. Annetta y Leonardo se miran a los ojos como observando la encrucijada de un dolor mal inconsecuente cuando no pueden hablar de su relación por temor a la gente. Ambos amantes quedan solos en la mesa de compartir y de degustar cuando Annetta le riposta a Leonardo que su relación pudo haber sido mejor alejándose lejos y amándose como nunca antes. La vida para Annetta y Leonardo se ven en la encrucijada de aguantar un dolor, soportar un sufrimiento y alejar la pena de sus vidas, pero, ni así pudo el amor más que bifurcar a una pareja. Los ojos de Annetta se desviven por el amor, por la pasión y por la vehemencia, pero, sólo, la pareja está separada por temor a sus respectivas relaciones. Annetta y Leonardo se ven en la encrucijada de poder ser a ciencia cierta una pareja de amantes como ellos nada más saben hacer y es persuadir el dolor. Cuando el alma con dolor, Annetta y Leonardo se aterran a desafiar una noche, un tormento, una tempestad y una necesidad en volver a ser amados. Porque se encrudece de tiempo, el tiempo queda nefasto entre dos amantes que se aman casualmente. La vida como el dolor, como el sufrimiento y como la verdad quedan atemorizadas de un solo mal convenio cuando en Annetta y Leonardo se escurren sus libertades en una total desaparición en la noche fría y en el mismo lugar de la boda donde se realiza el evento familiar. Las vidas de los dos amantes entrelazan un amor, una pasión y una vehemencia cuando se unen en el recibidor del lugar. Ambos amantes se aman desesperadamente y sellan su relación con un beso y los ojos brillan como dos estrellas en el universo por tanto amor que se profesa en la relación por ser amantes.
Annetta toma de un brazo a Leonardo y la pareja se escurre entre árboles y arbustos para poder conversar y amarse a escondidas. Annetta desea manipular y persuadir a Leonardo para que se marche junto a ella esa misma noche fría y de impetuoso cálido amor. El amor aflora entre árboles y arbustos la forma más cruel y más vil que se puede atormentar por amar a un amor como la pasión que se vive en ese momento entre Annetta y Leonardo. Annetta piensa manipular a Leonardo para que se marche con ella lejos sucumbiendo en un sólo mal percance cuando siente un fuego voraz entre pasión, deseo y desean amarse bajo el velo de esa noche fría cuando quieren entregar coraje y corazón. Annetta llega a persuadir a Leonardo llevando lejos hacia un hotel a Leonardo para amarse vehementemente, apasionadamente y, sin desenredar la vida atormenta con bifurcar la relación. Ambos se marcharon del lugar hacia un hotel y, allí, aman como amantes, con pasión, con deseo y con penitente seriedad del alma. La vida cree que el tormento en amar queda como tempestad, pero, no se va como se va el viento de tempestad y llega la calma. Annetta enreda su cuerpo y sus pies con el cuerpo y los pies de Leonardo en una cama de ensueño en un hotel de lujo. La vida y el amor entre Annetta y Leonardo se dan como una forma en atraer el amor y la pasión inerte e inmóvil, pero, en el mismo corazón amando como nunca antes en esa habitación de hotel. Los cuerpos se enredan de una forma trascendental, apasionada, libremente en el alma, en el cuerpo un deseo y en los ojos una luz descendente. Como si fuera una primavera llena de rosas y de capullos como una enredadera de plantas, así fue, que los cuerpos se unieron, se mezclan y se sienten amar. La pasión inundó la habitación y el amor dentro de ese hotel de lujo. Porque se aman, Annette y Leonardo quedan como la forma más indeleble y más candente que el mismo sol y, apenas, sale el crepúsculo de todo un sol en el amanecer y ambos están amándose como nunca en esa habitación de hotel. La vida comenzó en discernir y deliberar un cometido en caer rendido sobre el comienzo de creer en el desenlace de ese amanecer y amando como nunca antes se debe de presentir la fuerza y la debilidad de creer en el amor a toda costa, pero, Annetta, sólo, quiere manipular y persuadir a Leonardo para que se marche y se quede con ella. Cuando, Annetta, sólo, cumple con lo establecido y es amarse en esa habitación de hotel con Leonardo con el hombre que ama como amante. Annetta manipula, tergiversa y persuade el ritmo de vida de Leonardo con quien decide amar y aventurarse desde el más profundo de los momentos cálidos. Cuando en el alma y en la aventura de creer en el combate de amar como amantes, tanto, Annetta y Leonardo se aman encarecidamente con el alma y con la sola verdad de dar una inspiración innata y tan fuerte como es el corazón y el amor juntos en el deseo y en el convenio de amar en esa habitación de hotel. Nadie los extrañó desde la noche anterior cuando sus respectivas parejas no le daban ni el más mínimo coraje y persistencia en saber dónde se hallan. Las parejas con una libertad de mente muy abierta sienten el mismo dolor y la misma fuerza en amar sin celos incongruentes en sus relaciones. Si Annetta y Leonardo en el alma y en el corazón de ambos amantes se disfruta de un desierto cálido y de un sol en todo un mar abierto que diligencia con el candente sol. Y, dejando la llama en el corazón, Annetta y Leonardo se aman nuevamente al fulgor del curtido sol, bajo las sombras perdidas de ese sol siniestro y que no se ha marchado con el ocaso. Tanto, Annetta y Leonardo quedan atemorizados de un sólo espanto cuando amanece en esa impetuosa habitación donde el sol con sus resplandecientes rayos cubrió a dos amantes que se aman con fervor y con pasión indeleble.
En ese bello amanecer con sol resplandeciente se miran al rostro tanto Annette y Leonardo, recuerdan a sus respectivas parejas y se dicen mutuamente, -¨qué pensarán de nosotros¨-. Los amantes se amaron como nunca antes en esa habitación donde se cuece el sol, el sol clandestino, sosegado y templado, pero, con un fuerte rayo se siente como el cálido desenlace fatal de amar sin ocultar la relación. La vida entre Annetta y Leonardo quedan con un temor intransigente a ser descubiertos por sus respectivas relaciones cuando se amaron con loca pasión en esa habitación. Los dos amantes comienzan a deliberar con sus respectivas parejas cuando deciden abandonar la relación, pero, ocurre lo peor, lo insospechado y sin saber de la pura realidad que embarga a su relación. Annetta y Leonardo quedan callados, atemorizados y en una paz trascendental cuando se enfrasca en un tormento o en un desenlace cuando los dos amantes deciden amar nuevamente, pero, llegó la hora en despedirse y para siempre. Los dos en esa habitación no saben cómo bajar y descender de la habitación del hotel donde fue realizada la boda de sus respectivos hermanos. La forma y la manera de amar quedó impregnada en camisas llenas del color del lápiz labial dejando evidenciado el amor de dos amantes. Annetta y Leonardo se dan el último beso de despedida y al despedirse el sol nuevamente en sus ojos de clandestina luz forjando el amor en cada recelo del corazón y amando como nunca se vuelve en un sólo desafío cuando crece como encrudece el tiempo por despedirse del amor. La vida de Annetta y de Leonardo se cuece en un beso de despedida mortificando la vida, la pasión y el corazón con un solo amor de amante cuando la despedida fue larga porque en realidad no querían alejarse del uno del otro. La vida, tal vez, pintó y dibujó un corazón en el mismo cielo en que se cuece de sol como la penumbra en soledad edificando la vida, el tiempo y, más, el amor entre dos amantes. La despedida fue tediosa, impetuosa e insípida cuando se besan con un beso sellando a la relación de dos amantes que se aman con locura y con la tortura de un sólo amor. La vida no calma, es intranquila y sin paz, tanto, el amor entre Annetta y Leonardo se debate en una sorpresiva despedida de dos amantes que se aman con el amor impetuoso en el corazón dejando abrir brechas y un corazón que sabe de amar como el instante en que se despide Annetta de Leonardo. Annetta abrazó fuertemente por el cuello a Leonardo y Leonardo con manos en la cintura se dan el último beso entre dos amantes a la deriva y naufragando en el mar perdido sin llegar a puerto seguro. La vida de Annetta y Leonardo se enfrascan en una despedida sin despedida cuando el tormento asegura que la vida es un dolor de cabeza para ambos amantes cuando el delirio de la pasión ciega a los ojos de luz por un rayo de sol y la despedida, aún, no concuerda con el temor de ser dos amantes y con un sólo amor. Annetta desea manipular a Leonardo para volver a reencontrarse nuevamente en el hotel, pero, Leonardo le expresa que… -¨no¨-, un no rotundo, aquel no que quedó grabado en la memoria y más en el corazón de Annetta. Leonardo parco y decidido demuestra que la vida y el temor corren un gran peligro si se sabe de la relación extramarital que ellos poseen. La esencia y la presencia de Annetta y Leonardo en esa habitación de hotel, corren en ser como de principio a fin y de fin a principio cuando en el alma se encrudece de un espanto inseguro como el tormento incierto y todo por ser descubiertos por sus respectivas parejas. Si en el entorno se torna áspera la vida como el dolor de una lágrima que comparten entre sus bocas sedientas de amor y de ilusión inconscientemente indeleble. Si la pasión entre Annetta y Leonardo fue como el beber una amargura, de una sola ternura y tortura a la misma vez.
Annetta y Leonardo creen que la vida termina aquí desafiando la vida y el tormento de amarse bajo las sábanas curtidas por un sol de mayo en esa habitación en soledad donde la sombra no da abasto sino a un sol resplandeciente. La vida para Annetta y Leonardo se cuece de pasión y de indeleble por amarse con vehemencia, con pasión y con un amor en subrepticio dolor. La vida amarga cuando la lágrima llega e irrumpe en el deseo de vivir y sin morir. La vida comienza en partitura y con el arte de aquel museo en que se separó la vida, pero, hoy ha regresado el amor en cada corazón amando como nunca antes en esa habitación curtida por el sol. Annetta y Leonardo comparten el mismo deseo, ambición y codicia por el amor en cada pasión demostrando que se aman de verdad. Y la despedida se esforzó en demostrar que el amor y la pasión son vehementemente apasionadas como el rico tormento de un momento en que la despedida se forja en el alma una sola verdad inocua. Annetta no desea separarse ni bifurcar en el trance de la despedida entre ella y Leonardo cuando en el alma y en el tiempo se encrudece de un espacio vacío cuando se atormenta la vida y el tiempo que se sienten desafiando a la despedida como una fuerza, una furia o una euforia en la historia vivida de ese amor pasional. Annetta y Leonardo se despiden tristemente, amargamente y con una lágrima que recorre sus rostros, sólo, queda el temor de ser un amor y nada más esperando a que el amor regrese o que la pasión florezca. La fuerza en el interior de ambos amantes se debe a que la pasión subleva, interpone, aflora y florece como capullo de rosa en el jardín de la primavera dejando saber que el destino es cruel como una vindicta. Annetta y Leonardo se despiden con un beso entre los labios mojando con una lágrima cada labio de cada quién y mortificando los sentidos quedan atrapados entre labio y labio, entre beso y beso, entre pasión y pasión y, entre amor y amor. La vida de Annetta quedó atemorizada por bajar el umbral de la habitación del hotel se encontrarán los dos con sus respectivas parejas. Y, así fue. El tormento junto con la pasión se desvisten, se descubren y se perciben en camisas de dolores por amantes. La vida de Annetta y de Leonardo se percibe como abrir y cerrar de ojos cuando bajan en el amanecer por el lobby del hotel y a Annetta la esperan tanto su esposo como la esposa de Leonardo. Leonardo no sabe qué hacer y Annetta mucho menos percibe la presencia de dos seres que se aman con locura y con una tortura indeleble que forma el corazón entre dos amantes que bajan del cuarto de hotel. La vida de Annetta quedó adherida al tiempo, a la pasión y a la cordura por regresar a su vida casual con su esposo, pero, su esposo y la esposa de Leonardo se reencuentran en el lobby del hotel y sin percatarse ni sospechar ni siquiera saber que tanto el esposo de Annetta y la esposa de Leonardo bajan de la continua habitación donde ellos pernoctan, o sea, que también ellos se aman como se aman Annetta y Leonardo indeleblemente. Ambas parejas caminan cerro abajo y deciden vivir sus propias vidas divorciando cada pareja y uniendo el amor en cada ilusión y sin decepción quedan las parejas amándose uno al otro. Tanto, Annetta como Leonardo quedan atemorizados de un dolor inconsecuente cuando en el alma crece la pasión como el amor en cada pareja, pero, la llama en el corazón quedó encendida entre ambas parejas y caminan cerro abajo con el corazón enamorado y la llama en el corazón nuevamente encendida de pasión y de amor. El amor queda como la llama en el corazón desafiando a la pasión inerte e inmóvil de un sólo corazón y tan enamorado de la vida como lo es el amor entre Annetta y Leonardo.
FIN