Dices que siempre me has amado,
y siempre he creído que me tienes
en el olvido, porque desde hace
tiempo no tengo una caricia o
un susurro.
Que alegría me causas
con tus palabras, que ni me llamas
ni mensaje recibo. Me gusta tu
olvido y me causa risa tu engaño,
diciendo que a mí me amas y lo haces
felíz a mi pobre corazón. A no creer
en lo falso que he tenido de ti.