A través de mi pluma y papel,
Mis pensamientos y razones;
Quiero agradecer a nuestro digno laurel;
Forjadores de conocimientos y valores.
¡Cuál paciencia infinita has cargado!,
¡Cuál ser divino!, instructor del camino,
El que sabe brindar los consejos correctos,
Eso y más eres para mí, querido maestro.
¡Gracias! Por hacer de mí una persona
Con respeto, amor, cariño y alegría;
Bendiciones pido a Dios para tu vida,
Te proteja cada día y brinde más sabiduría.
Hoy con lágrimas en mis ojos
Y con profundo dolor en mi pecho,
Quiero decirte ¡Hasta pronto, querido maestro!