Soy infinita…
cuando descolgada de la incertidumbre,
reposo en tus fronteras;
tus besos se decantan en largas notas
que se filtran en la piel y traspasan el alma.
Me vuelvo universo…
repleta de tus luces que iluminan mi cielo,
la alborada es eclipsada
con el resplandor de tus ojos caramelo.
Atemporal es amarte…
se desdibujan el tiempo y el espacio;
vivo en una dimensión surrealista
teñida de colores vibrantes
que me anegan en una felicidad etérea.
Y nos volvemos holograma,
perdidos en la eternidad de la nada,
arropados en el silencio
que nos enclaustra y nos vuelve llamarada.