Cemento, cemento, cemento, se siembra cada día en las selvas de cemento del mundo,
mal llamadas, ciudades que crecen sin control, donde el dinero
y los bienes superfluos priman sobre cualquier residuo de humanidad.
En el horizonte puedo ver la realidad, la triste realidad de mi planeta Tierra,
que sufre en su cuerpo y en su alma La triste soledad y el daño que hace siglos
se acumula en su piel, en su cuerpo que contiene la vida de especies infinitas...
Desde esta orilla del planeta hoy levanto mi voz hecha poesía:
¡Cuidemos el planeta!
Es nuestra casa y la casa de infinitas especies, que junto al ser humano la habitan...
Los mares gritan, se retuercen de dolor, los humanos hemos sido inhumanos
con este paraíso donde confluye el agua del planeta; lo hemos contaminado
con millones de millones de toneladas diarias de basura de nuestra mal llamada civilización...
_Civilización insensible y plástica- hemos llenado nuestras fuentes de agua de plásticos,
de residuos sólidos, de residuos líquidos, de gases tóxicos, hemos contaminado nuestra tierra;
hemos contaminado nuestro aire, nuestra carne; nuestra progenie está contaminada...
Por eso desde esta orilla del planeta desde Colombia, hoy y siempre, lanzo mi voz de protesta hecha poesía.
Los bosques alzan gritos de angustia por el fuego abrasador que los consume, mueren de calor y de sed,
por la tala indiscriminada de su casa que hacen los negociantes de la vida..., por eso
ya no hay ríos en el cielo porque día a día mueren las selvas y sus bosques;
las lluvias escasean, los polos se derriten y el calor sube, sube y amenaza la vida del Planeta...
Desde esta orilla del planeta, hoy lanzo un grito de auxilio y de dolor hecho poesía...
No más cemento, no más selvas de cemento, que crezcan sin control,
no más tóxicos que amenacen la vida del Planeta, no más falsos alimentos, no más amenazas
a la vida que fluye en e nuestra Tierra, tierra que es el planeta de la vida...
¡Cuidemos el Planeta! ¡Amemos el Planeta! es nuestra casa; no tenemos otra...
Recordemos, siempre y para siempre, que la contaminación no tiene fronteras...