La tierra se entierra bajo las uñas,
parece regresar algo humano
a las manos del habitante efímero.
la historia olvida sus huesos,
quizás encuentren flores en las raíces.
suelten sus semillas a un viento doloroso,
como despojos un vendaval las arrastra
con furia, así la incertidumbre devora
la memoria contenida en la libertad efímera.
La dispersión del mañana, como hojas sueltas,
sin rumbo, se desprenden del árbol.
Una distancia violenta entre las hojas
y el árbol, el poder se aleja de la realidad,
como un vendaval equivocado forma
la brecha del dolor y el amontonamiento
de ideas en un pensamiento distante
de una realidad invisible, un rostro cierto.