José Luis Barrientos León

Nada queda atrás

Ya nada queda atrás

el tiempo ha muerto

la sed ha sido saciada

solo se muestra un humo remoto, imperceptible,

humo de escombros apilados

y una voz afónica que dice

no mires hacia atrás

un mundo de gozo está frente a tus ojos

atrás está lo oscuro e infértil

las sombras pasadas que tasaron los días

en el precio de noches sin rostro

y horas de olvido

 

Ahora eres resultado de lo cierto

en tu rostro se desliza la humedad de la brisa

con su frescura y olor a huerto blanco

ya no hay lágrimas que alteren la paz

tus mejillas han sido purificadas con caricias ingenuas

con suspiros sin rencores

que fluyen como aroma de río transparente

 

Ahora, eres el resultado de la libertad

de labios que habitan en el anhelo

de ojos ingenuos que miran de manera pura

de visiones nítidas que crean paisajes nuevos

 

Ahora eres fruto de la ternura y el consuelo

ascendiendo en tu propia luz

en la plenitud de tu esencia

transformando las fuerzas gastadas

 en inspiración y gozo.

 

Ya no temes que el futuro se transforme en olvido

A que la soledad se convierta en esclavitud

Y las sombras en abandono

Ya no temes al temor de ser tú mismo

Ni de ver tu rostro, no con tus ojos, sino con tu alma