Ya nada queda atrás
el tiempo ha muerto
la sed ha sido saciada
solo se muestra un humo remoto, imperceptible,
humo de escombros apilados
y una voz afónica que dice
no mires hacia atrás
un mundo de gozo está frente a tus ojos
atrás está lo oscuro e infértil
las sombras pasadas que tasaron los días
en el precio de noches sin rostro
y horas de olvido
Ahora eres resultado de lo cierto
en tu rostro se desliza la humedad de la brisa
con su frescura y olor a huerto blanco
ya no hay lágrimas que alteren la paz
tus mejillas han sido purificadas con caricias ingenuas
con suspiros sin rencores
que fluyen como aroma de río transparente
Ahora, eres el resultado de la libertad
de labios que habitan en el anhelo
de ojos ingenuos que miran de manera pura
de visiones nítidas que crean paisajes nuevos
Ahora eres fruto de la ternura y el consuelo
ascendiendo en tu propia luz
en la plenitud de tu esencia
transformando las fuerzas gastadas
en inspiración y gozo.
Ya no temes que el futuro se transforme en olvido
A que la soledad se convierta en esclavitud
Y las sombras en abandono
Ya no temes al temor de ser tú mismo
Ni de ver tu rostro, no con tus ojos, sino con tu alma