Hoja que se deshoja de su árbol
en tu alma llevas mi nido
de cotorras del sol, belleza
de la naturaleza.
Un espejismo debajo del cielo infinito,
un albor en la madrugada del alma
cuando los jilgueros trinan
sus melodías de vida.
Un grito en la pradera,
un corazón indomable, es la rueda de la luna
cuando se acerca la urraca,
sombras malditas del amanecer de la noche.
Un canto de sirena, en el valle
donde aparcas tus sentimientos,
por donde rueda el agua
con su silencioso canto al camino.
Vereda del monte de la verdad
quiero encontrarme contigo, debajo
de un sauce donde las lágrimas resbalen,
porque una hoja se ha perdido.