Patricia Aznar Laffont

¡Otoño has llegado!

El Tiempo Ya no Llora

es que Amado Otoño,

has Llegado.

 

El Tiempo Canta

y en su Sonora Voz de Vientos

y de Lluvias

la Luz Alumbra

desde ese, el Otro Lado...

 

Quizás, soy la Primera en Recibirte

con la Piel y las manos Deshojadas,

como las Ocres Hojas Muertas Y Vencidas

que Crujen en mi Calle.

 

Otoño Amado, por fin, Ya has Llegado.

 

Con tus Alas Abiertas 

a los Misterios,

y con tus Brazos Abiertos

a la Calma,

a los Leños 

de un Madero,

A la Libertad de tus Sueños

Hecho de Polvos 

y Nieblas, 

ésas que Curan

las Heridas Más Mortales...

 

Otoño de Hojas Secas,

Otoño entre mis Manos Hechas Cuna,

que en Sones de Bemoles

Canta su Canto

en Ardores

al Borde de un Abismo,

o de un Barranco...

 

Otoño, quizás soy la Primera en Recibirte,

Mientras la Luna de Pasiones

Alumbra de Voces 

las Promesas...

 

Otoño, en Ímpetu Imborrable.

 

Otoño 

que Muestra sin Quererlo,

esa Cara Deshojada

esa, que se Parece por Momentos

al Sauce que  Espera Florecer

en las Riberas Inalcanzables de un Lánguido Lago,

Al Sabor de las Amapolas 

que Duermen sin sus Dulces Pétalos,

A los Vientos Huracanados y Nocturnos,

Y a mi Alma Misma

que con Vos,

mis Huellas sin Camino

Se Vuelven Ocres,

Y sin Saberlo ni Darme Cuenta,

Resucita Siempre

A tu Lado...

 

(Patricia)