Ya no siento la hipócrita necesidad de expresarme.
Ya no tengo motivos para regurgitar cada palabra.
Quiero callar, aunque no deba.
Debí armarme en el desarme,
palabras quedan que yo sepa.
¿Cuánto más he de expulsar de mis adentros?
¿Cuánto más he de clamar ante su asfixia?
Cuanto me juzgan por callar...
Cansé de rimas y otros juegos
por querer cansarme de llorar.