Tomás Osorio del Río

¿Qué he de decirte, mariposa?

¿Qué he de decirte, mariposa,

cuando apenas puedes volar?

Esta triste red empaña

tus alitas de cristal.

 

¿Qué he de decirte, mariposa,

si a duras penas logras soñar?

¿Qué he de decirte, mariposa,

para que dejes de llorar?

 

Hay tantas orugas

que caminan campo abierto

y que quieren lo que guardas

con recelo tan adentro...

 

Vuela colorida

sobre prados de cristal

aunque alas sean la vida

que te han de arrebatar.

 

Bebe mariposa,

de este néctar, de esta cima

de esta pócima cruenta

que podría ser la vida.

 

Dime mariposa,

¿Qué te inspira en tu espiral?

Sin escamas tú podrías

alejarte del cristal.

 

No te fijes mariposa,

en insultos de una oruga.

Ellas mienten, y masacran,

ellas no poseen ternura.

 

En el dolo no te obceques,

mariposa, ten mesura,

deja que rosas se acerquen

con el viento que rehúsan.

 

Tanto flores como esporas

se confunden en azules

por esas similitudes

con el cielo en el que brotas.

 

Y si algo les carcome

en la cúspide a las rosas

es la envidia de los dones

que tú alcanzas, mariposa.

 

No las temas, mariposa,

ellas aman tu locura.

Solo quieren ser hermosas

como tú que eres tan tuya.

 

¿Y qué he de decirte, mariposa,

para que puedas sonreír?

Si apenas puedo decirte

que te quiero para mí.

 

No te dejes nunca

atrapar por el cristal

aunque vivas como oruga,

poesía irradias al soñar.