Trazaba mi fogosa imaginación
zigzagueantes curvas arcoíris,
amotinadas en discordancia.
Indómitas y salvajes olas,
evocando el ritual esbozo,
de aquella mujer mitificada, amada,
que, ante mí, desnuda posaba
en abúlica e inerte nocturnidad,
ante aquella improvisada travesía.
La sagacidad de mi conocimiento
desvanecíase horadada, penetrada
de añil índigo burbujeante,
ante su ambarino seno,
cuyo perfil evolucionaba
influido de mi delicado roce;
una areola progresiva, celosía
lasciva de firme arcilla.
Metalizada mi exánime subconsciencia,
retazo vectorial, textura reflectante,
progresaba hacia el profundo nimbo
cual aterciopelada hipocrénides herética
¡Aquella alabeada curvidad, satirizó la seducción!